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FAWKES

Recordando

Ayer me lo dijo. Estabamos hablando por el Messenger y cogió el teléfono para decirme esto - hay cosas que no se pueden contar a través de este frío medio, se necesita una voz aunque sea a través del auricular. Al principio me enfadé, porque no entendía cómo no me lo habían dicho antes, pero después reflexioné, a nadie le gusta decir que su tio ha muerto.

Al principio me quedé un poco estático. Normal por otra parte, soy de sentimiento lento, mi cerebro tarda en darse cuenta de que las cosas han cambiado y tardan en llegar las lágrimas cuando son profundas, no me pregunteis por qué. Por eso, aunque me lo dijeron por la mañana, no me dí cuenta de que mi tío había muerto hasta la cena, cuando la ensalada se me atragantaba en la garganta.

Los recuerdos que tengo de mi tio son muy variopintos. Recuerdo a mis hermanos jugando al ping pong en su jardín contra mis primos, mi hermano y yo mirando porque eramos demasiado pequeños para poder sujetar la raqueta y no digamos para mirar por encima de la mesa. Recuerdo su sombrero de paja y su risa, que solía acudir a sus labios frecuentemente. Recuerdo su cara seria cuando nos decía de no acercarnos a la caseta del jardín donde estaba la depuradora y un cartel que ponía "PELIGRO" y una calavera y dos tibias cruzadas, símbolo del que ignoraba el significado y que él me explico. Recuerdo las rosas de su jardín. Recuerdo como mi primo y mi hermano le chinchaban sobre fútbol o política. Recuerdo las conversaciones entorno a una mesa de jardín de bambú por la noche, con el fresco del verano en el pueblo. Recuerdo las estrellas que se veían desde su jardín.

Ahora quedan todos estos sitios, pero él ya no estará en ellos. Estoy seguro que en el Cielo lo recibieron con los brazos abiertos sus hermanas y sus padres, pero a nosotros, aunque no le vieramos demasiado a menudo, nos faltará.

1 comentario

Nacho -

David, soy Nacho, "el de tío Pedro". Precioso. No sabía que te acordabas de todas esas cosas, pero no sabes la ilusión que me hace que sea así. Da por seguro que ahora está con tu madre, tia Memen y los abuelos. Un abrazo enorme desde Oviedo. Nacho.