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En casa del tito Jose Mari

En casa del tito Jose Mari Niños y niñas, hoy he empezado mi trabajo como repartidor. Es un trabajo duro pero alguien tiene que hacerlo. Mis peripecias en la fragoneta son varias, pero hay dos a las cuales se las debe hacer mención.
La primera es cuando he ido a llevar una mesa camilla a una casa. Era una casa en la cual tenías que hacer un master para llamar al telefonillo (tenías que mirar el número, el portal y la casa y luego marcar el código correspondiente, un follón) y me abre una ancianita. Subo a la casa en cuestión y la anciana (una mujer con tics y clara demencia senil) me dice que le monte lo que hay en el paquete, que siempre se lo montan y que lo haga en el rellano de la escalera. Yo, como he visto Bricomania desde pequeñito, me puse a lo Kristian Pielhoff a montar la mesa camilla que me tenía que abonar por cierto, pensando en la propina que me iba a dar. La monto y me dice que la meta dentro de la casa, en su habitación más concretamente. Ya dentro me doy cuenta de que hay dos ganchitos que hay que poner para que se quede fija la parte de arriba y me pongo a ello. Por supuesto uno no se metía, a lo que la anciana me dice que si quiero alguna herramienta. Le digo que me traiga un martillo, el cual saca de su propio armario (que miedo que una anciana senil con tics tenga una caja de herramientas en su armario) El caso, tras muchas peleas consigo montar la mesa y me abona la cantidad exacta que me tenía que abonar. Por supuesto me he cagado en su calavera varias veces.
La segunda peripecia ha ocurrido a las 3 de la tarde. Habíamos repartido ya todo lo de la mañana y habíamos comido en la fragoneta o monogolumen, como querais llamarla, cuando nos dicen que tenemos que llevar una compra que se ha hecho a una casa de Pozuelo, una urbanización cuyo nombre no puedo revelar por razones de seguridad. Cuan fue mi sorpresa al descubrir que la compra la había realizado Dña Ana Botella. Nos vamos hasta allá (que por cierto, vaya chozas hay en esa urbanización) y llegamos a la casa, q era una del montón no os creais. Nos metemos y nada más llegar puedes ver una bandera de España hondeando al viento y nos recibe Alberto, el mayordomo y nos hace pasar a la cocina donde hemos dejado las viandas.
En fin, un día muy emocionante del cual hemos sacado 3€ aprox de propinas, la nobleza de Madrid esta mu escasa de dinero. Os dejo. Qué durmais bien y soñeis con los angelitos (tipo Brad Pitt para ellas, tipo Lucy Liu para ellos)

4 comentarios

Rocio -

Yo sé qué urbanización es ésa!! jeje, porque una de mis mejores amigas vive allí de toa la vida, y no creáis que le hace gracia que Chemari se haya mudado allí... Hay chocitas muy majas, una de las mayores es de un compañero de la universidad. Y sí, intenté camelármelo durante 3 años (pista de tenis, de basket, mega piscina, mansión, cochazo, 2 parcelas, sala de ocio), pero no coló... ya sabéis, la historia de mi vida!

David, déjate de señoras y dedícate a las quinceañeras, que parece que las vuelves locas!!! ;) Un beso...

mai -

q malo es ser pobre dio mio, yo a la vieja le aporreaba los tobillos con su propio martillo
a vece me doi miedo yo misma

Sara -

me impresiona lo de la banderita ondeando al viento... auque si lo piensas casi resulta normal...
Y a la viejecita que no te ha dado propina... yo cogia y segun me pagaba le desmontaba la mesa y le decia que se la montara ellas solita...jeje...si es que no se puede ser buena persona
muac

Pedrogonzo -

Y ese curro que te ha salido? Anda, no tenía ni idea. Y